Jack Daniels (Del libro inédito Séptimo poema)
Lo  que más me sorprende no es que haya fanáticos suicidas volándose en mil pedazos
          por  las calles de Bagdad ni que estemos perdiendo una guerra que estamos
          ganando, 
          tampoco  me sorprende que Bill de Kansas, 22 años, compañero de muchas borracheras,  juegos de billar y póker, con quien por las tardes reíamos y llorábamos  recordando a nuestras familias, ahora mismo esté de vuelta a casa, 
          congelado  en una bolsa tan negra como la piedra que adoran esos fanáticos en el país del  sur, 
          no  es sorprendente que hace unas semanas tuviéramos que acribillar el minibús en  el que viajaba una familia entera, simplemente por el pánico que nos causaron  al aproximarse demasiado a nuestra patrulla,
          menos  me sorprende que haya tenido que viajar tan lejos para darme cuenta que ya no  te quiero ni que la moderna ciencia de nuestros médicos me haya salvado la vida  mas no pudiera hacerlo con el bueno de Bill ni con mis piernas ni mis brazos, 
          no  es digno de menor asombro que en los alrededores del hospital de la base en  Alemania todos hablen un perfecto inglés y que hasta los niños tomen más  cervezas que Bill y yo juntos, 
          lo  que más me sorprende es que una vez tu rostro y tu sonrisa me dibujaban como  una antorcha Polaroid en la sala de nuestra casita alquilada de Albany, Jack y  Lucy forever, 
          el  novio perfecto, el ingenioso, el cómico, el patriota pasó a ser  instantáneamente el charlatán, el tonto, el alcóholico, 
          el  fin del amor es una bolsa tan negra como la piedra que adoran esos fanáticos en  el país del sur, 
          cuando  cada uno rehace su vida con otros Jacks y otras Lucys. 
        eso  es lo que realmente me sorprende…
